En todos los mamíferos, cuando se encuentran en estado de relajación, se produce de forma natural y automática una forma de respiración diafragmática. Este tipo de respiración se conoce como eupnea y no requiere ningún esfuerzo consciente. En el estado de eupnea, el diafragma (segundo corazón) y los músculos intercostales externos se contraen automáticamente para llevar aire a los pulmones. Los músculos abdominales se relajan, lo que permite que el vientre se expanda suavemente hacia adelante durante la inhalación. El pecho también se expande durante la inhalación y la clavícula y los hombros se elevan sutilmente. Durante la exhalación, el vientre, el pecho, la clavícula y los hombros vuelven a su posición neutra de reposo.

Sin embargo, cuando nos estresamos por cualquier motivo, instintivamente pasamos a la respiración superficial. Este tipo de respiración implica introducir aire en los pulmones utilizando los músculos intercostales (los músculos que se encuentran entre las costillas) en lugar del diafragma. Como resultado, en la respiración superficial se expande el pecho en lugar del abdomen.

La respiración incompleta, cortada, superficial es la responsable de múltiples enfermedades, repercutiendo desde el primer instante en el sistema nervioso, circulatorio, cardíaco, problemas inflamatorios, si inspiras por la boca aumenta el 100% estas posibilidades.

El SECRETO; Normalmente en tu  respiración natural a de ser diafragmática, inspirar siempre por la nariz y lo más importante realizar espiración completa por la boca, en frecuencia de 5.5 segundos en cada movimiento, esto regenera, regula nuestro sistema nervioso, simpático, parasimpático e inmune y ayuda a sistema circulatorio cardiaco vascular, etc.